Publicado el marzo 15, 2024

Contrariamente a la creencia popular, la salvación de los oficios no está en esperar ayudas, sino en una estrategia de documentación de emergencia y transmisión planificada liderada por los propios maestros.

  • La documentación sistemática del «conocimiento tácito» es el primer paso crítico para crear un archivo de supervivencia.
  • La innovación y la hibridación, no el purismo, aseguran que el oficio siga siendo relevante y económicamente viable.

Recomendación: Inicie hoy mismo un proyecto de auto-documentación de su proceso, por simple que sea. Es el acto fundacional para convertir su taller en un legado vivo.

Cada vez que un maestro artesano se jubila sin un aprendiz, no solo se cierra un taller: se quema una biblioteca entera. El conocimiento acumulado durante siglos, ese «saber hacer» que reside más en las manos que en los libros, se enfrenta a una extinción silenciosa pero implacable. En España, el eco de los martillos de forja, el olor del cuero curtido a la antigua usanza y la precisión del dorador de retablos se desvanecen, convirtiéndose en recuerdos y piezas de museo.

La respuesta habitual a esta crisis suele oscilar entre la nostalgia («qué pena que se pierda») y la delegación de responsabilidades («las administraciones deberían hacer más»). Se habla de comprar producto local, de valorar lo nuestro, pero estas son acciones pasivas que no atacan la raíz del problema: la ruptura de la cadena de transmisión. Mientras esperamos un salvador externo, el tiempo corre en contra del último eslabón de esa cadena: el maestro.

Pero, ¿y si la solución más poderosa no viniera de fuera, sino de dentro? Este artículo propone un cambio de paradigma radical. En lugar de lamentar la pérdida, planteamos un plan de acción urgente, una metodología de rescate donde el artesano se convierte en el protagonista de su propia salvaguarda. No se trata de esperar, sino de actuar. Se trata de una documentación de emergencia y una transmisión planificada.

A lo largo de las siguientes secciones, exploraremos un manual de campo para esta misión: desde cómo documentar etnográficamente el conocimiento tácito antes de que se desvanezca, hasta cómo encontrar y formar a la siguiente generación, evitando las trampas que condenan a los oficios a una muerte honorable en vitrinas. Es hora de pasar de ser testigos a ser archivistas y mentores de un patrimonio que todavía podemos salvar.

Para navegar por esta estrategia de salvaguarda, hemos estructurado el contenido en puntos clave que abordan desde el diagnóstico del problema hasta las soluciones más prácticas y directas. Este es el mapa para convertir la preocupación en acción.

¿Por qué desaparecieron el 40% de los oficios artísticos tradicionales españoles en 50 años?

La desaparición de los oficios no es un fenómeno reciente, sino la culminación de un proceso histórico y económico que se aceleró en la segunda mitad del siglo XX. La industrialización masiva introdujo la producción en serie, ofreciendo productos más baratos y accesibles que relegaron las creaciones manuales a un nicho. Paralelamente, la urbanización y el éxodo rural rompieron el ecosistema natural de la artesanía: las comunidades locales donde el zapatero, el cestero o el herrero eran figuras centrales e imprescindibles.

El ingreso de España en el Mercado Común Europeo en 1986, si bien modernizó el país, también expuso a muchos pequeños talleres a una competencia global para la que no estaban preparados. Oficios como el de ollero, que moldeaba pucheros de barro; el paragüero, que reparaba varillas con una precisión asombrosa; o el colchonero, que vareaba la lana a domicilio, se volvieron obsoletos frente a alternativas industriales. Eran oficios ligados a una economía de subsistencia y reparación que chocó frontalmente con la nueva cultura de consumo de «usar y tirar».

Esta crisis estructural se vio agravada por una devaluación del prestigio social del trabajo manual. Como señala Xandra Falcó, presidenta del Círculo Fortuny, «la dedicación profesional a la artesanía ha perdido el prestigio social y eso ha derivado en una falta de interés en el oficio manual». Esta percepción ha sido devastadora para el relevo generacional. Las cifras son alarmantes: solo entre 2019 y 2022, la alta artesanía en España sufrió la pérdida de casi 4.700 empleos artesanos, una sangría que evidencia la urgencia de la situación actual.

¿Cómo grabar el proceso completo de un maestro dorador antes de que fallezca?

La primera acción en cualquier plan de rescate es la documentación de emergencia. Antes de pensar en la transmisión, debemos asegurar la preservación del conocimiento. El mayor tesoro de un maestro no es su producto final, sino su proceso: ese conjunto de gestos, trucos y decisiones intuitivas que conforman el «conocimiento tácito». Grabar este proceso no es hacer un simple vídeo, es realizar un trabajo etnográfico que capture la esencia del oficio.

El modelo a seguir es el del documentalista Eugenio Monesma. Durante más de 40 años, ha creado el archivo audiovisual más importante sobre cultura tradicional en España. Su metodología no se centra en el resultado, sino en el cómo y el porqué de cada acción. Para documentar a un maestro dorador, por ejemplo, el enfoque debería ser:

  • Fase de preparación: Entrevistas previas para entender el vocabulario específico, las herramientas (brunidores, polonesas) y la secuencia lógica del trabajo (estofado, dorado al agua, policromía).
  • Grabación del proceso: Utilizar múltiples cámaras. Una cenital para la visión general de la mesa de trabajo, una de detalle (macro) para capturar la textura del pan de oro y el gesto preciso de la mano, y una frontal para registrar las explicaciones del maestro.
  • El sonido es clave: Grabar el sonido del pincel sobre el bol de Armenia o el del bruñidor sobre el oro es tan importante como la imagen. También se debe registrar la narración del artesano mientras trabaja, explicando sus decisiones en tiempo real.

El objetivo es crear un documento que permita a un futuro aprendiz no solo ver, sino casi sentir el proceso. Es un legado digital que puede sobrevivir al propio maestro. El trabajo de Monesma, que ha recopilado más de 3.000 documentales sobre oficios y tradiciones, demuestra que esta labor titánica es posible y esencial. Se trata de transformar al artesano en un artesano-archivista.

Equipo de grabación profesional documentando el trabajo detallado de un artesano dorador
Escrito por Elena Navarro, Elena Navarro es restauradora de pintura mural y patrimonio artístico, titulada por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, con 14 años de experiencia interviniendo en iglesias románicas, retablos barrocos y frescos renacentistas. Actualmente coordina el departamento de conservación preventiva en un museo de arte sacro en Castilla y León, donde supervisa proyectos de restauración financiados por la Dirección General de Bellas Artes.